miércoles, 8 de julio de 2009

LOS AÑOS JOVENES DE KARL MARX

Poseía establecimientos de curtido y fábricas textiles, pero la industria manufacturera no estaba muy desarrollada en comparación con las zonas septentrionales de Renania. Treveris conservaba hasta cierto punto las costumbres de una ciudad medieval, encuadrada en una región vinícola donde los campesinos eran en su mayoría pequeños propietarios, vinateros, amantes de la alegría y el buen vino. Marx siempre se interesó entonces por la situación de aquellos campesinos. Realizaba excursiones a los pueblos de los alrededores y se documentaba a fondo sobre su vida. Los artículos que publicó años más tarde en la prensa demuestran que conocía perfectamente los detalles de la vida rural, el régimen de la propiedad del campo, y los procedimientos de cultivo de los campesinos de la comarca.

Su padre, Enrique Marx, era un abogado de origen judío, culto y libre de prejuicios religiosos que admiraba la filosofía del siglo XVIII y enseñó a su hijo a leer las obras de librepensadores como Locke, Diderot, Voltaire pero sobre todo Kant.

Mientras algunos biógrafos han negado casi totalmente la influencia de su origen judío sobre Marx, otros se han dedicado a subrayar su enorme trascendencia. Es indudable que en la historia del socialismo alemán cuatro judíos, Börne, Heine, Marx y Lassalle tuvieron un papel muy importante. Pero ahí el origen judío no tuvo influencia en evolución política. No fueron motivos religiosos sino políticos, como el propio Marx explicó en sus artículos sobre la Cuestión judía. Estas ligados a la situación semifeudal de Alemania donde, como otros, los judios carecían de derechos civiles y políticos, agravados en su caso porque les alcanzaba aunque se tratara de burgueses. Lo verdaderamente importante y lo que se ha tratado de silenciar con el recuerdo de la raíces judías de Marx, es la situación semifeudal de Alemania y la privacion de derechos políticos de las amplias masas. El padre de Marx, que desde hacía mucho tiempo no practicaba, seguía siendo judío, se convirtió en 1824 al cristianismo para escapar a la descriminación que sufrían los judíos tras la reincorporación de Renania a Prusia. Por su parte, Marx escribió el 13 de marzo de 1843 en una carta a Arnold Ruge: La religión israelita me inspira repulsión.

Lo mismo cabe decir del supuesto carácter prusiano de Marx, que significa ignorar por completo que aquella Renania era cualquier cosa menos prusiana. No sólo por su temporal adscripción francesa sino porque la reincorporación a Prusia significaba la pertenencia formal a un régimen administrativo que en absoluto suponía que los renanos fuesen, desde el punto de vista social, prusianos. Algunos autores pretenden enlazar esa genética prusiana con Hegel para destacar la sobrevaloración de Marx hacia el Estado y la burocracia. Pero nadie como Marx puso a la sociedad por delante del Estado, dando la vuelta al pensamiento hegeliano y enfrentándose luego a Lassalle a causa de la veneración de éste por el Estado. En cuanto a Prusia, tanto los escritos de Marx como los de Engels testimonian que no hubo mayores adversarios de la unificacón de Alemania por la vía prusiana que ellos. Por tanto, esas ideas son ajenas por completo a Marx a lo largo de toda su trayectoria, en las que demostró que su programa tenía por objeto la desaparición del Estado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario